UN PUEBLO ERRABUNDO EN LA CIUDAD

May 13, 2009 at 3:24 am (Crónicas) (, , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , )

Por Sergio Ricardo Peñaranda Castro

La tarima de madera retumba con los pasos de ocho gitanas que con vestidos largos de colores rojo, azul y verde, los hombros destapados, y cinturones de monedas que resuenan con el movimiento de sus caderas, bailan al ritmo de la música de su pueblo legendario.

Son las siete de la noche del seis de marzo y el auditorio Teresa Cuervo Borda no sólo está repleto de música. También de más de 250 personas que aplauden a las bailarinas y a una orquesta de once músicos de no más de veinte años (dos violinistas, dos flautistas, dos acordeonistas, un teclista, un guitarrista y un bajista) apoyados por cuatro coristas mujeres. Ellos interpretan odas al aire y a los campos, y a su amor por la libertad… por esa vida nómada que caracteriza a los gitanos y que los ha traído a Colombia desde la época colonial. 

Dalila Gómez, una gitana de 35 años, cabello largo y negro, y de ojos pequeños pero mirada penetrante, encabeza la batalla por preservar su cultura. Ella pertenece al Proceso organizativo del pueblo Rom de Colombia (Prorom). Hoy lleva un vestido naranja adornado de flores, se ve algo nerviosa por el evento, y camina de lado a lado.

Los ancianos son muy respetados. Representan la sabiduría.

Los ancianos son muy respetados. Representan la sabiduría.

Afuera del auditorio Dalila regaña a un par de muchachos en rromanés, idioma de los gitanos, cercano al sánscrito de la India, país desde donde este pueblo se expandió por todo el mundo soñando libertad. En los tiempos de la conquista española pusieron sus pies en tierras latinoamericanas, y en la primera y segunda guerra mundial llegaron muchos más. Trajeron su música de panderetas y acordeones, el arte de leer las cartas y descifrar el futuro en la palma de la mano, y sus herramientas para hacer cacerolas, olletas y paelleras de aluminio, cobre y acero.

Pero las cosas han cambiado mucho. Las ciudades han crecido y la mayoría de gitanos han tenido que dejar su eterno peregrinaje. Antes de los 15 años Dalila recorría los municipios de Tolima, Cundinamarca, Córdoba y Antioquia, con sus padres Kolya y Alicia. Hoy vive en una casa de tres pisos en el barrio Bosque Popular. Aún así, practica un nomadismo mental, es decir, una forma de pensar sin ataduras. 

Las niñas desde pequeñas aprenden las danzas tradicionales.

Las niñas desde pequeñas aprenden las danzas tradicionales.

Estudió Ingeniería Industrial, lo que es extraño en una cultura en la que sus miembros no  suelen entrar a la educación formal, y hace tiempo que no practica la actividad tradicional de las mujeres: la lectura de la Buenaventura o quiromancia. A los 13 años, edad promedio en la que las gitanas se casan, le propusieron matrimonio, pero lo rechazó. “Los gitanos somos rebeldes, pero yo soy una rebelde entre las rebeldes”, sentencia.

Dalila explica que este evento busca rescatar un poco la cultura de los gitanos y visibilizarlos ante los gadyè (no gitanos) y reivindicar los derechos que tienen como minoría. 

Amé le Rom (Nosotros los gitanos), nombre del grupo musical que está tocando, interpreta el contradictorio sentimiento gitano de euforia y melancolía, que está presente en una misma canción. Los ritmos rápidos, de tonalidades agudas dadas por el violín y el acordeón recuerdan una polka rusa, e invitan a los pasos ágiles y a los movimientos de cadera acelerados de las bailarinas. Mientras que con los sonidos más graves, lentos, dados por el bajo y el rasgar de la guitarra evocan la tristeza de los gitanos.

En el aire resuena el estribillo en rromanés (con subtítulos en una pantalla detrás de la orquesta) de la canción Nosotros los gitanos y que resume esos sentimientos opuestos: “nos alegramos y reímos, y también nuestro corazón sufre desolación”.

Sólo las mujeres bailan. Los hombres tocan los instrumentos en la orquesta u observan desde el público. Tradicionalmente ellos se dedican al tratamiento de metales. Es el caso de Ricardo Gómez, más conocido por su nombre gitano Milane y  tío de Dalila, que tiene un taller llamado Yoska en la calle 66 con 18. Allí, en medio de un olor a azufre, este hombre de 65 años, nariz alargada y ojos rasgados, con la ayuda de sus hijos Troka y Boina, forja ollas y paelleras de cobre y aluminio.

En una mesa de Yosika hay candelabros, estatuitas y balanzas. Y en una pared del fondo hay un estante con una Biblia y una representación de la Última Cena en relieve. Ancestralmente los gitanos no tienen religión, pero hoy en día existen protestantes y católicos.  Aunque esto no los ata a nada, porque como dice Dalila, “la única religión del gitano es la libertad”.

Milane trabaja arduamente en su taller.

Milane trabaja arduamente en su taller.

Y esa es la única religión presente en las canciones que Amé le Rom canta en el auditorio. ¡Viajar por todos los confines lejos de mi tierra donde no haya guerras!, entonan las cuatro coristas con voces alegres en Se fue para el cielo, una canción rápida con aires de flamenco. Una de las mujeres que baila más animadamente las piezas es Lucero Lombana, una mujer de unos 33 años, cabello negro en corte de capul y de pómulos sobresalientes. Ella aún mantiene la tradición de la lectura de la Buenaventura.

Amor, dinero, salud, lo que todos queremos saber de nuestras vidas nos lo dice Lucero. “A usted le va a ir bien, va a tener el poder y el dinero que usted tanto quiere, ¿si me entiende?”, dice cuando las señales de la palma de su “cliente” se lo indican, y a cada frase que pronuncia la remata con un ¿si me entiende? Luego de la lectura pide algo de dinero. Según Dalila, a los gitanos no les importa mucho la plata, sino “sólo el medio para relacionarse con los  gadyè”.

En la última canción de Amé le Rom ninguna bailarina se hace presente. Sólo Tosa, un gitano de unos 40 años, calvo, de bigote en forma de candado, que canta con voz algo ronca: Tú a mí me enloqueciste, por tu gran cabellera, tus lindos ojos, tus lindos ojos. Sólo lo acompaña un suave sonido de pandereta. Al finalizar una ovación del público despide a la agrupación musical y varios de los asistentes se van tarareando alguna de las canciones de este pueblo legendario.

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EMPECEMOS DE CERO CON LADY YULIANA

May 13, 2009 at 2:42 am (Perfiles) (, , , , , , , , , , , , , )

Disco de Lady Yuliana. Cortesia Codiscos

Disco de Lady Yuliana. Cortesia Codiscos

 

Por Paula Ricciulli  

Lady Yuliana Vásquez Osorio, con su rostro armónico, cuerpo voluptuoso, y casi 1,75 metros de estatura, bien hubiera podido ser modelo o reina de belleza. No obstante, eso nunca le interesó, su pasión siempre fue la música. Ahora, esta nativa de Chinchiná, Caldas de 24 años,  es llamada “La Diva de la Canción Popular”, y ha viajado a Venezuela, Ecuador, Guatemala, Miami, Barcelona, Londres, París, Amsterdam entre otros, interpretando temas de Padre y Madre, su primer disco.

Ella empezó su carrera musical como invitada de  Jhonny Rivera, uno de los principales artistas de la música popular en Colombia, colaborando en Empecemos de Cero Sé que te fallé, temas de él. Pero a pesar del éxito que tenía con Rivera, Lady empezó a sentirse frustrada, pues descubrió que el público quería verla, pero cantando sus propias canciones. “La gente que iba a los conciertos, me decía “bueno, niña, ¿Porqué no canta sola?, dígale que la deje cantar sola, ¿Usted no tiene CD, afiches, llaveros, fotos? nosotros queremos tenerla a usted”, afirma.

Su éxito como solista ha sido total. “Ella siempre tiene una gran acogida, pues es muy bonita y tiene un excelente manejo del público”, dice Octavio Otálvaro, empresario musical quien la acompañó en su gira por Europa en 2008. Pero no fue tan fácil. “Creo que para ella fue un reto, pues esta gira era la primera vez que estaba sin Jhonny”, opina Giovanny Ayala, otro de los “duros” de la música del despecho en Colombia, que viajó con Lady.

Ella disfrutó estos viajes por el mundo. “La primera vez yo ni me lo creía. Jamás pensé que podría recorrer nuestro país, ahora mucho menos fuera de él. La acogida fue grandísima, el amor que te expresa la gente es bien bonito”, dice. Pero estar lejos de su familia tampoco fue sencillo “Ella siempre me decía que qué rico conocer, pero también se sentía sola. Decía que muy bonito todo, pero acompañada”, afirma Andrea, su hermana.

Pero además de viajar, Lady ha comprobado lo que es sentirse como toda una celebridad, en las entregas de premios. Le gustan mucho estas ceremonias. Hace dos años recibió junto con Rivera dos premios Nuestra Tierra, que otorga la emisora La Mega, a la mejor interpretación y canción popular con Empecemos de Cero. “Me sentí muy feliz cuando supe que me había ganado el premio. Espero, con la bendición de Dios, estar nominada el año entrante y sigo trabajando todos los años porque algún día pueda ganarme otro premio”.

Por eso, ahora se prepara para asistir a los Premios TV y Novelas, uno de los eventos más importantes de la farándula nacional, donde a pesar de que no está nominada ni va a cantar, fue invitada por su disquera, seguramente para “robar cámara”. Para lograrlo, se dirige al almacén de Johanna Rubiano, en la zona T de Bogotá, donde espera encontrar el vestido perfecto.

Cuando llega al elegante almacén, de piso de mármol, e impecables paredes blancas, entre decenas de vestidos, bolsos y zapatos, de inmediato se siente atraída por uno de mangas largas cubierto por completo de lentejuelas moradas. Sin embargo, el atuendo ya está reservado para otra persona, y además “se vería como un tanque”, le dice Hernando, uno de los vendedores. Por eso, le ofrece un vestido negro de espalda descubierta. Lady, algo decepcionada, se dirige al vestier.

A salir de éste, su expresión cambia. Se mira en el espejo y sonríe. Ella dice que le gusta vestirse con jeans y blusitas cómodas. Julio César, amigo y manager, afirma que ella no es nada complicada para vestir. Andrea asegura que para las presentaciones se arregla mucho, va a la peluquería y se viste elegante. Se nota que Lady se siente muy bien. Tanto Hernando, comoManchola y Milena, los otros asesores del almacén, coinciden en decir que ese es el vestido y le queda perfecto.

Después proceden a darle una serie de consejos para “que se luzca”. Milena le muestra la forma de amarrar el moño que tiene el vestido para que su cintura se vea más pequeña. Lady parece poner atención, pero al mismo tiempo, está pendiente de su imagen en el espejo, posa mientras practica los consejos de Hernando: “Haga de cuenta de que usted es una reina. Saque el marica que tiene adentro”. Lady se ríe y le dice “¿Qué tal éste?, ¿Cómo así que el marica que tengo adentro?”, aunque parece comprender a qué se refiere Hernando, pues empieza a moverse de una manera más coqueta e insinuante.

Lady no se quiere quitar el vestido. Mientras se mira en el espejo, aprovecha para oír chismes  de lo que usarán otras celebridades locales en el evento “Claudia Bahamón va de blanco. Carolina Guerra con smoking”, dice Manchola “¿Quién, quién?”, pregunta Lady interesada. Finalmente se quita el traje y vuelve a ponerse su ropa: unas botas negras de tacón, medias pantalón de color fucsia, una minifalda de jean, decorada con una calavera de lentejuelas, un top y una chaqueta negra, y se dirige al spa, para prepararse para el gran día.

Parece difícil creer que esa mujer que luce elegante y sofisticada con un vestido de una de las mejores diseñadoras del país, haya sido la misma Lady que canta desde que tenía 13 años. “Ella, desde que yo estaba pequeñita, decía que quería ser cantante”, dice su hermana. Empezó con música colombiana representando a su colegio (Oficial San Francisco) en diferentes concursos regionales. Pero después cambió de género al unirse al grupo Chanel, de balada rock.

El grupo fue contratado para amenizar una fiesta organizada por Otálvaro en 2006, en la que estaba Rivera.  El empresario recordó que para ese entonces Jhonny estaba buscando una voz femenina.  “Yo le di el número de Lady. Ella cantaba rock, pero tenía una voz polifacética, que podía cantar tonos muy altos, y pensé que podría funcionar”.

Rivera cambió la vida de Lady, pues ella hizo un curso de mercadeo y ventas en el SENA y estaba haciendo todo lo posible para estudiar administración financiera. Trabajó como vendedora de tortas y repartidora de volantes. A pesar de su gusto por la música, veía muy difícil que se convirtiera en su profesión. “Esta carrera no es tan fácil. Se necesitan muchas cosas, no sólo el talento, sino los medios, los contactos, el dinero para hacer una producción para promocionarse y muchas más”.

“Si Dios no me hubiera puesto a Jhonny en el camino hubiera seguido cantando, pero no profesionalmente”, dice Lady.  Por eso es que fue difícil para ella decirle que quería tener una carrera como solista. Pero él la apoyó al máximo. “Me dijo, Lady yo sabía que esto en algún momento iba a pasar porque usted trabaja muy bien y es muy bonita”, afirma El artista no sólo le dio el visto bueno, sino que le compuso Padre y Madre, una canción que cuenta la historia de una mujer que queda embarazada y debe enfrentar el abandono de su pareja, y que le dio el título a su primer disco, del cual cinco temas son escritos por ella. 

 

Lady Yuliana con Hernando en el almacén de Johana Rubiano, midiéndose un vestido para los premios Tv y novelas

Lady Yuliana con Hernando en el almacén de Johana Rubiano, midiéndose un vestido para los premios Tv y novelas

Componer es una de las cosas que más disfruta Lady. Pero para ella es fundamental  sentir tristeza o amor para escribir una canción. Es el caso de Sabes, un tema suyo: “conocí a alguien, me estaba sintiendo enamorada y acababa de terminar una relación de cuatro años y tenía muchas ganas de volver a sentir eso que algún tiempo no sentía. Entonces empecé a escribirle, a cantarle, a la persona que de la que me estaba enamorando…(canta) Sabes, hoy no quiero ocultar, ni me quiero negar que es cierto que sienta tantas ganas de amar”.

A pesar de que sus canciones cuentan historias de despecho, desamor, y relaciones tormentosas, Lady nunca ha pasado por una situación similar. “He tenido relaciones complicadas, pero lo que se dice morirme por el desprecio o la ingratitud de un hombre, hasta ahora no”, afirmó en una entrevista a El Espacio. Dice que para sentir lo que interpreta, se mete descarnadamente en los tacones de la víctima.

Pese al éxito se Sabes y demás canciones como Me perdiste por cobarde, Mañana a esta hora, Lady sigue siendo una mujer sencilla y aterrizada. “Ella no ha cambiado nada, sigue siendo la misma, no ha cambiado como hermanita”, dice Andrea. “Lady es una mujer excelente”, afirma Otálvaro. “Antes que todo ella es una gran amiga y una gran persona”, dice Carlos Rubio, dueño del estudio donde grabó varios temas de su disco.

“Pienso que sigo siendo la misma, y siempre le pido a Dios que lo que cambie en mi sea para mejorar como persona y como cantante. Yo siempre he pensado que uno debe tratar a la gente como tiene que ser”, afirma. No tiene problema en decir que su papá trabaja en un supermercado, y su mamá era vendedora de tortas. Ahora, es ella quien los sostiene con su trabajo, pues “siempre quise recompensarlos por todo lo que han hecho por mí”, dice.

Lady encuentra radicada en Bogotá, lejos de su familia que está en el eje cafetero. A pesar de que los extraña, está contenta pues vive con Julio César y la familia de él en el barrio Modelo Norte. Le gusta hacer deporte, y ver cine: “Hace ocho días me vi El Niño con el Pijama de Rayas, antes me vi Quieres ser Millonario. Me encantan las películas de drama, que te dejan como una enseñanza, que te ponen a reflexionar.”

Le encanta la música romántica, las baladas, las rancheras, los boleros y el pop. “Me gusta de todo un poquito”, dice. Por eso no descarta  incursionar en géneros distintos al popular. “Si mañana puedo grabar un reguetón, una bachata y mi voz se presta para hacerlo, yo lo haría. Claro que sí”, dice.

Por ahora se encuentra grabando su segundo disco, que se mantendrá en lo popular.  Lady no sabe qué le depara el futuro, sólo sabe que le encanta lo que hace y “con la ayuda de Dios, mientras tenga vida, mientras tenga voz y tenga el amor de la gente, seguiré ahí bien constante y tratando de hacer todos los días lo mejor para mi público, que se lo merece”.

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